Ir al contenido

Ir al índice

CAPÍTULO 11

Mantengamos la paz en la familia

Mantengamos la paz en la familia

1. ¿Qué factores pueden causar división en la familia?

 FELICES son aquellos que viven en familias en las que reinan el amor, la comprensión y la paz. Es de esperar que este sea su caso. No obstante, la triste realidad es que un sinnúmero de familias distan mucho de ajustarse a esa descripción y se hallan divididas por una razón u otra. ¿Qué separa a las familias? En este capítulo analizaremos tres factores. En algunas, no todos sus miembros profesan la misma fe. En otras, es posible que los hijos no tengan los mismos padres biológicos. En otras, la causa de la división es la lucha por conseguir el sustento o el deseo de poseer más bienes materiales. Ahora bien, las circunstancias que dividen a una familia pueden no afectar a otra. ¿En qué radica la diferencia?

2. ¿Dónde buscan algunos consejo para la vida familiar, pero cuál es la mejor fuente de consejo?

2 Un factor es el punto de vista. Si tratamos sinceramente de entender el punto de vista de los demás, es más probable que podamos percibir cómo mantener la unidad familiar. Otro factor es la fuente del consejo. Muchas personas siguen el consejo de compañeros de trabajo, vecinos, columnistas de periódicos u otras guías humanas. Sin embargo, hay quienes investigan qué dice la Palabra de Dios sobre su situación, y luego obran en consecuencia. ¿Cómo puede ayudar este proceder a mantener la paz en la familia? (2 Timoteo 3:16, 17.)

SI EL ESPOSO PROFESA OTRA FE

3. a) ¿Qué aconseja la Biblia en cuanto a casarse con alguien que profesa otra fe? b) ¿Qué principios bíblicos son aplicables cuando solo uno de los cónyuges es creyente?

3 La Biblia aconseja enérgicamente que no nos casemos con nadie que profese otra fe religiosa. (Deuteronomio 7:3, 4; 1 Corintios 7:39.) Sin embargo, es posible que la mujer aprenda la verdad de la Biblia una vez casada y que su esposo no la acepte. ¿Qué hacer en ese caso? Por supuesto, los votos matrimoniales siguen vigentes. (1 Corintios 7:10.) La Biblia recalca la permanencia del matrimonio y anima a los casados a resolver las diferencias en vez de huir de ellas. (Efesios 5:28-31; Tito 2:4, 5.) ¿Qué hacer, entonces, si el esposo se opone firmemente a que la esposa practique la religión de la Biblia? Es posible que intente impedir que ella asista a las reuniones de la congregación, y que no quiera que vaya de casa en casa hablando de religión. ¿Qué debe hacer la esposa?

4. ¿De qué manera puede mostrar empatía una esposa si su marido no es creyente?

4 En primer lugar puede preguntarse: ‘¿Por qué piensa así mi esposo?’. (Proverbios 16:20, 23.) Si él no entiende bien lo que está haciendo su esposa, es posible que se preocupe por ella. O puede ser que sus familiares lo presionen porque esta no participa en ciertas costumbres que son importantes para ellos. “Me sentía solo y abandonado en casa”, dijo un esposo. Este hombre pensaba que la religión le había arrebatado a su esposa. No obstante, el orgullo le impedía admitir que se sentía solo. Posiblemente el esposo necesite que su esposa le asegure que su amor a Jehová no menoscaba en absoluto el amor que siente por él. También es importante que pase tiempo con su esposo.

5. ¿Qué equilibrio debe mantener la esposa cuyo marido no profesa la misma fe?

5 Sin embargo, hay otro factor relevante para tratar la situación con sensatez. La Palabra de Dios exhorta a las esposas: “Estén en sujeción a sus esposos, como es decoroso en el Señor”. (Colosenses 3:18.) De modo que previene contra el espíritu de independencia. Además, al decir “como es decoroso en el Señor”, este texto indica que la sujeción al esposo debe asimismo tomar en consideración la sujeción al Señor. Ambas deben equilibrarse.

6. ¿Qué principios debe tener presentes la esposa cristiana?

6 La asistencia a las reuniones de la congregación y dar testimonio de su fe bíblica son aspectos importantes de la adoración verdadera que no debe descuidar el cristiano. (Romanos 10:9, 10, 14; Hebreos 10:24, 25.) ¿Qué haríamos, pues, si un ser humano nos mandara directamente que no obedeciéramos un requisito específico de Dios? Los apóstoles de Jesucristo declararon: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres”. (Hechos 5:29.) Su ejemplo suministra un precedente que es aplicable a muchas situaciones de la vida. ¿Nos impulsará el amor a Jehová a rendirle la devoción que justamente le pertenece? Al mismo tiempo, ¿harán el amor y el respeto que le tenemos a nuestro esposo que intentemos rendir dicha devoción de un modo que él pueda aceptar? (Mateo 4:10; 1 Juan 5:3.)

7. ¿Qué determinación debe tener la esposa cristiana?

7 Jesús mostró que esto no siempre sería posible. Advirtió que debido a la oposición a la adoración verdadera, los miembros creyentes de algunas familias se sentirían desgajados del resto de la familia, como por la acción de una espada. (Mateo 10:34-36.) Una mujer japonesa vivió esta experiencia. Su esposo se opuso a su religión durante once años. La maltrató con severidad y muchas veces ni siquiera le permitió entrar en casa. Pero ella perseveró, y también recibió la ayuda de los hermanos de la congregación cristiana. Oró incesantemente y obtuvo mucho ánimo de las palabras de 1 Pedro 2:20. Esta cristiana estaba convencida de que, si permanecía firme, algún día su esposo se decidiría a servir a Jehová con ella. Y así fue.

8, 9. ¿Cómo debe actuar la esposa para no colocar obstáculos innecesarios ante su esposo?

8 Hay muchas maneras prácticas de influir en la actitud del cónyuge. Por ejemplo, si el esposo no está de acuerdo con la religión de su esposa, esta no debe darle razones válidas de queja en otras facetas de la vida. Por ello, la esposa debe mantener la casa limpia, cuidar su apariencia personal, ser cariñosa y también agradecida. No debe criticar a su esposo, sino apoyarlo y mostrarle que reconoce su jefatura. Tampoco toma represalias cuando piensa que ha sido víctima de una injusticia. (1 Pedro 2:21, 23.) Tiene en cuenta que todos somos imperfectos, y es la primera en pedir disculpas si surge una disputa. (Efesios 4:26.)

9 La asistencia a las reuniones no es justificación para no tener las comidas preparadas a tiempo. Ella puede salir al ministerio cristiano cuando su marido no está en casa. La esposa cristiana sensata no predica a su esposo si él no lo desea. Más bien, sigue este consejo del apóstol Pedro: “Ustedes, esposas, estén en sujeción a sus propios esposos, a fin de que, si algunos no son obedientes a la palabra, sean ganados sin una palabra por la conducta de sus esposas, por haber sido ellos testigos oculares de su conducta casta junto con profundo respeto”. (1 Pedro 3:1, 2.) Las esposas cristianas procuran reflejar plenamente en su vida los frutos del espíritu de Dios. (Gálatas 5:22, 23.)

CUANDO LA ESPOSA NO ES CREYENTE

10. ¿Cómo debe actuar el esposo creyente con su esposa si esta no profesa su misma fe?

10 ¿Qué puede hacerse cuando el esposo es el creyente y la esposa no? La Biblia da el debido consejo. Dice: “Si algún hermano tiene esposa incrédula, y sin embargo ella está de acuerdo en morar con él, no la deje”. (1 Corintios 7:12.) También aconseja a los esposos: “Sigan amando a sus esposas”. (Colosenses 3:19.)

11. ¿Cómo puede el esposo demostrar discernimiento y ejercer su jefatura con prudencia si la esposa no es creyente?

11 Si nuestra esposa profesa otra fe, debemos esforzarnos especialmente por respetarla y tomar en consideración sus sentimientos. Como todo ser adulto, es libre hasta cierto punto de practicar sus creencias religiosas, aunque no concordemos con estas. No esperemos que la primera vez que hablemos con ella sobre nuestra fe abandone sus creencias de toda la vida por otras nuevas. En vez de decirle bruscamente que las costumbres religiosas que tanto ella como su familia han practicado por mucho tiempo son falsas, tenemos que esforzarnos con paciencia por razonar con ella sobre la base de las Escrituras. Es posible que se sienta descuidada si dedicamos mucho tiempo a las actividades de la congregación. En algunos casos, la oposición a nuestro servicio a Jehová puede traducirse en un sencillo mensaje: “Necesito que me dediques más tiempo”. Seamos pacientes. Nuestra consideración amorosa puede ayudarla con el tiempo a abrazar la adoración verdadera. (Colosenses 3:12-14; 1 Pedro 3:8, 9.)

EDUCACIÓN DE LOS HIJOS

12. Aun si los cónyuges son de diferente religión, ¿cómo deben aplicarse los principios bíblicos en la educación de los hijos?

12 La educación espiritual de los hijos es a veces problemática en la familia dividida por motivos religiosos. ¿Cómo deben aplicarse los principios bíblicos? La Biblia asigna al padre la responsabilidad principal de educar a los hijos, pero la madre también desempeña un papel importante. (Proverbios 1:8; compárese con Génesis 18:19; Deuteronomio 11:18, 19.) El padre sigue siendo el cabeza de familia aunque no acepte la jefatura de Cristo.

13, 14. ¿Qué puede hacer la esposa si su marido le prohíbe llevar a los hijos a las reuniones cristianas o estudiar con ellos?

13 Algunos esposos incrédulos no ponen objeción a que la madre eduque a los hijos en materia religiosa, pero otros se oponen a ello. ¿Qué puede hacerse si el esposo no permite que la esposa lleve a los hijos a las reuniones de la congregación o incluso le prohíbe que estudie la Biblia con ellos en casa? En ese caso, la esposa debe equilibrar sus diferentes obligaciones: la que tiene con Jehová Dios, la que tiene con su esposo y la que tiene con sus queridos hijos. ¿Cómo pueden conciliarse estas?

14 Ante todo, hay que hacerlo motivo de oración. (Filipenses 4:6, 7; 1 Juan 5:14.) Pero a la postre, la esposa debe decidir cómo proceder. Si actúa con prudencia, aclarando al esposo que no es su intención desafiar su jefatura, es posible que con el tiempo remita la oposición. Aun si el esposo le prohíbe llevar a los hijos a las reuniones o estudiar la Biblia formalmente con ellos, es posible enseñarles de otras maneras. Mediante la conversación diaria y el buen ejemplo, puede inculcar en ellos amor a Jehová, fe en su Palabra, respeto a los padres —incluido el padre—, interés por los demás y buenos hábitos de trabajo. Con el tiempo, es posible que el padre se percate de los buenos resultados y reconozca el valor de la labor de su esposa. (Proverbios 23:24.)

15. ¿Cuál es la responsabilidad del padre creyente en cuanto a la educación de los hijos?

15 Si el esposo es creyente y la esposa no, él debe asumir la responsabilidad de criar a sus hijos “en la disciplina y regulación mental de Jehová”. (Efesios 6:4.) Al hacerlo, debe ser razonable y tratar a su esposa con bondad y amor.

SI LOS PADRES PROFESAN OTRA FE

16, 17. ¿Qué principios bíblicos deben tener presentes los hijos si aceptan una fe diferente a la de sus padres?

16 Ya no es infrecuente que incluso hijos menores de edad abracen una religión diferente a la de sus padres. ¿Es ese tu caso? Si así es, la Biblia tiene consejo para ti.

17 La Palabra de Dios dice: “Sean obedientes a sus padres en unión con el Señor, porque esto es justo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’”. (Efesios 6:1, 2.) Estas palabras implican tener un respeto saludable a los padres. Sin embargo, siendo importante la obediencia a los padres, esta no debe pasar por alto al Dios verdadero. Cuando el hijo alcanza edad suficiente para tomar decisiones, es más responsable de sus actos. Esto no es cierto solo en lo relativo a la ley civil, sino especialmente en lo que respecta a la ley divina. “Cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios”, dice la Biblia. (Romanos 14:12.)

18, 19. Si los hijos tienen una religión diferente a la de sus padres, ¿cómo pueden ayudarlos a entender mejor su fe?

18 Si tus creencias resultan en que hagas cambios en tu vida, intenta comprender el punto de vista de tus padres. Probablemente les complazca ver que, al estudiar y aplicar lo que aprendes en la Biblia, eres más respetuoso, más obediente, más cumplidor con lo que te piden. Sin embargo, si tu nueva fe también te lleva a rechazar creencias y costumbres que para ellos son importantes, pueden pensar que estás despreciando la herencia familiar. Es posible que también teman por tu bienestar, si lo que haces no es popular en la comunidad o desvía tu atención de objetivos que en su opinión te ayudarían a prosperar en sentido material. El orgullo también puede constituir una barrera. Tal vez piensen que en realidad lo que les dices es que tú estás en lo cierto y ellos están equivocados.

19 Por lo tanto, tan pronto como sea posible, intenta que tus padres conozcan a un anciano o a otros Testigos maduros de la congregación. Invita a tus padres a visitar el Salón del Reino para que oigan por sí mismos lo que allí se dice y para que conozcan la clase de personas que son los testigos de Jehová. Con el tiempo, quizá la actitud de tus padres se ablande. Incluso en los casos en los que los padres se oponen rotundamente a la religión de su hijo, le rompen las publicaciones bíblicas y le prohíben asistir a las reuniones cristianas, normalmente hay oportunidades de leer en otro lugar, hablar con compañeros cristianos y dar testimonio y ayudar a los demás de manera informal. También puedes orar a Jehová. Algunos jóvenes tienen que esperar a alcanzar la edad suficiente para independizarse de la familia antes de poder hacer más. Ahora bien, sin importar la situación de tu hogar, no olvides ‘honrar a tu padre y a tu madre’. Contribuye a la paz de tu familia. (Romanos 12:17, 18.) Sobre todo, busca la paz con Dios.

EL RETO DE SER PADRASTROS

20. ¿Qué sentimientos pueden desarrollar los hijos hacia sus padrastros?

20 En numerosos hogares, la situación que presenta el mayor reto no es de naturaleza religiosa, sino biológica. En muchas familias actuales hay hijos de matrimonios anteriores de uno o de ambos padres. En tales familias, los hijos pueden ser presa de los celos y el resentimiento o quizá enfrentarse a un conflicto de lealtades. Por consiguiente, es posible que rechacen el esfuerzo sincero de los padrastros por ser unos buenos padres. ¿Qué puede ayudar a las familias con hijastros a tener éxito?

Seamos padres naturales o padrastros, confiemos en el consejo bíblico

21. A pesar de sus circunstancias especiales, ¿por qué deben los padrastros guiarse por los principios bíblicos?

21 Debe reconocerse que, pese a que las circunstancias son especiales, los principios bíblicos que producen buenos resultados en otras familias también son aplicables en este caso. Pasar por alto esos principios puede parecer una solución viable momentánea, pero a la larga solo agravará los problemas. (Salmo 127:1; Proverbios 29:15.) Hay que cultivar sabiduría y discernimiento: sabiduría para seguir los principios piadosos a fin de segar beneficios a largo plazo, y discernimiento para determinar por qué los familiares se comportan o hablan como lo hacen. También es necesaria la empatía. (Proverbios 16:21; 24:3; 1 Pedro 3:8.)

22. ¿Por qué le puede resultar difícil al hijo aceptar a un padrastro?

22 Si somos padrastros, quizá recordemos que antes los hijos nos aceptaban como amigos de la familia. Pero al convertirnos en parte de ella, es posible que las actitudes cambien. Los hijos recuerdan al padre que ya no vive con ellos, y puede que se enfrenten a un conflicto de lealtades creyendo que queremos arrebatarles el afecto que tienen al padre ausente. A veces quizá nos recuerden sin rodeos que no somos su padre o su madre. Estas afirmaciones duelen. Pero la Biblia dice: “No te des prisa en tu espíritu a sentirte ofendido”. (Eclesiastés 7:9.) Entender las emociones de los hijos requiere discernimiento y empatía.

23. ¿Cómo puede disciplinarse a los hijastros?

23 Estas cualidades son fundamentales cuando se disciplina a los hijos. Es esencial asimismo que la disciplina sea coherente. (Proverbios 6:20; 13:1.) Y como no todos los hijos son iguales, tampoco lo es la disciplina que necesitan. A algunos padrastros les parece que, al menos al principio, es mejor que el padre biológico se encargue de este aspecto de la crianza. Por otra parte, es esencial que ambos padres estén de acuerdo con la disciplina y la sostengan, no favoreciendo a sus propios hijos en detrimento de los hijastros. (Proverbios 24:23.) La obediencia es importante, pero también hay que tener en cuenta que algunos errores se deben a la imperfección. No reaccionemos de forma exagerada. La disciplina debe templarse con el amor. (Colosenses 3:21.)

24. ¿Qué puede contribuir a evitar problemas morales en una familia con hijastros?

24 Las conversaciones de familia son un buen aliado para conjurar las dificultades. Ayudan a esta a concentrarse en los asuntos más relevantes de la vida. (Compárese con Filipenses 1:9-11.) También ayudan a todos a ver cómo pueden contribuir a la consecución de los objetivos familiares. Además, las conversaciones familiares francas pueden evitar los problemas morales. Las hijas necesitan entender cómo deben vestirse y comportarse delante de su padrastro o sus hermanastros, y los hijos necesitan consejo sobre cómo comportarse con su madrastra o sus hermanastras. (1 Tesalonicenses 4:3-8.)

25. ¿Qué cualidades contribuyen a la paz en una familia con hijastros?

25 Se necesita paciencia para enfrentarse al desafío de ser padrastros. Toma tiempo fomentar nuevas relaciones. Ganarse el amor y el respeto de los hijos que no son propios puede ser una tarea colosal. Pero es posible conseguirlo. La clave para la paz en la familia con hijastros es poseer un corazón sabio y entendido junto con un fuerte deseo de agradar a Jehová. (Proverbios 16:20.) Estas cualidades también pueden ayudarnos a afrontar otras situaciones.

¿DIVIDEN NUESTRO HOGAR LOS INTERESES MATERIALES?

26. ¿De qué maneras pueden dividir a la familia los problemas económicos y la actitud con respecto a los bienes materiales?

26 Los problemas y las actitudes con respecto a los bienes materiales pueden dividir de muchas formas a las familias. La triste realidad es que las discusiones sobre el dinero y el deseo de ser ricos, o al menos un poco más ricos, deterioran la relación de algunas familias. Este deterioro puede producirse cuando ambos cónyuges trabajan y mantienen cuentas separadas. Aun si se evitan las discusiones, es posible que los horarios de sus respectivos trabajos no les permitan dedicarse mucho tiempo el uno al otro. Una tendencia cada vez más acusada en muchos países es que los padres pasen temporadas largas fuera del hogar —meses o incluso años— para ganar más dinero que el que podrían conseguir en casa. Esta costumbre puede dar lugar a serios problemas.

27. ¿Qué principios pueden ayudar a la familia con problemas económicos?

27 No es posible reglamentar tales situaciones, pues las familias afrontan diferentes presiones y sus necesidades son distintas. De todos modos, el consejo bíblico puede sernos útil. Por ejemplo, Proverbios 13:10 indica que se evita la lucha innecesaria ‘consultando juntos’. Esto no significa solo exponer los puntos de vista propios, sino buscar consejo y determinar qué piensa nuestra pareja al respecto. Además, preparar un presupuesto realista contribuye a unificar el esfuerzo de la familia. En algunas ocasiones es necesario, quizá temporalmente, que ambos cónyuges trabajen fuera de casa para sufragar gastos extraordinarios, especialmente cuando tienen hijos u otros familiares a su cargo. En ese caso, el esposo debe demostrar a su esposa que aún dispone de tiempo para ella. Tanto él como los hijos pueden ayudarla en algunos de los quehaceres domésticos que antes realizaba sola. (Filipenses 2:1-4.)

28. ¿Qué recordatorios, si se observan, pueden ayudar a la familia a actuar en unidad?

28 Sin embargo, debe tenerse presente que aunque el dinero es necesario en este sistema de cosas, no consigue la felicidad, y aún menos la vida. (Eclesiastés 7:12.) De hecho, conceder demasiada importancia a los bienes materiales puede ocasionarnos la ruina espiritual y moral. (1 Timoteo 6:9-12.) Es mucho mejor buscar primero el Reino de Dios y su justicia, con la seguridad de que Jehová bendecirá nuestros esfuerzos por obtener las cosas necesarias para la vida. (Mateo 6:25-33; Hebreos 13:5.) Si mantenemos los intereses espirituales en primer lugar y buscamos primero la paz con Dios, veremos que nuestra familia, aunque quizá esté dividida por ciertas circunstancias, conseguirá verdadera unidad en lo más importante.