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La Biblia de Dalmatin: rara, pero inolvidable

La Biblia de Dalmatin: rara, pero inolvidable

La Biblia de Dalmatin: rara, pero inolvidable

De nuestro corresponsal en Eslovenia

A FINES del siglo XVI, tras dos años de viaje por rutas diversas, llegaron a Eslovenia los últimos barriles, cuyas etiquetas —“Naipes” o “Efectos de almacén”— encubrían un precioso contenido: volúmenes de la primera Biblia completa en esloveno, encuadernados en cuero.

Aquella valiosísima remesa hacía realidad el sueño de dos hombres devotos, Jurij Dalmatin y Primož Trubar, que dedicaron su vida a verter las Santas Escrituras al idioma común de su pueblo. Aunque no figuren en muchos libros de historia, sus nombres se añaden a la lista de quienes, en fecha temprana, hicieron un significativo aporte a la traducción bíblica.

Dalmatin, el responsable de este envío clandestino, incluía un ejemplar especial, ricamente encuadernado, para Trubar, su amigo y asesor. Examinemos las dificultades que afrontaron estos dos personajes a la hora de proporcionar las Escrituras a sus paisanos en su propia lengua.

La forja de un traductor

En el siglo XVI, el Sacro Imperio Romano, íntimamente ligado a la Iglesia Católica, mantenía firme su arraigo en la mayor parte de Europa. Pero la Reforma Protestante llevaba tiempo en marcha y en su avance había alcanzado los pueblos y ciudades de la actual Eslovenia. Uno de los primeros en abrazar tales doctrinas fue el clérigo Trubar.

El latín era el idioma de la Iglesia Católica, por lo que solo podía entender la liturgia y las Escrituras una minoría privilegiada que dominaba la antigua lengua. Los reformadores afirmaban, sin embargo, que los oficios eclesiásticos debían celebrarse en un idioma comprensible para todos. Lo cierto es que a mediados del siglo XVI ya se leían en los templos pasajes bíblicos en esloveno, gracias a que el misal latino del clero contenía a veces traducciones en sus glosas marginales.

Pero Trubar anhelaba tener la Biblia completa en esloveno. Dado que este idioma carecía de escritura, inventó un alfabeto y escribió el primer libro que se imprimió en esa lengua (en 1550), el cual contenía algunos versículos de Génesis. Posteriormente tradujo los Salmos y las Escrituras Griegas Cristianas, más conocidas como Nuevo Testamento.

Trubar admitía que le faltaban las aptitudes lingüísticas precisas para cumplir su deseo de traducir toda la Biblia al esloveno. No obstante, se percató de que uno de sus alumnos, el joven y talentoso Jurij Dalmatin, podría ayudarle en esta empresa.

La formación de Dalmatin

Dalmatin nació cerca de 1547 en el seno de una humilde familia rural que vivía en el sur de la actual Eslovenia. De niño fue a la escuela del pueblo, regentada por uno de los primeros conversos al protestantismo, hecho que determinó a buen grado sus convicciones religiosas. Con el patrocinio de Trubar, de un maestro de escuela y de la parroquia, Dalmatin asistió a un centro educativo religioso y luego a una universidad alemana. Así perfeccionó sus conocimientos de latín y alemán, aprendió hebreo y griego, y logró acabar sus estudios de filosofía y teología.

Trubar consiguió que Dalmatin, a pesar de estudiar en el extranjero, valorara y cultivara su lengua natal, el esloveno. Cuando aún era un universitario en su tercera década de vida, acometió la monumental labor de verter las Escrituras al idioma de sus compatriotas. El ferviente anhelo de Trubar, tener la Biblia completa en esloveno, se convirtió en la meta principal de Dalmatin.

Comienza la traducción

Dalmatin se entregó a su empeño con gran entusiasmo. Comenzó por las Escrituras Hebreas, que al parecer tradujo de los idiomas originales, aunque consultando frecuentemente la versión alemana de la Vulgata latina que había realizado Lutero. Además, apoyándose en todo momento en esta última traducción, revisó y mejoró la versión de las Escrituras Griegas Cristianas que había terminado Trubar en 1577, a la que suprimió muchos germanismos y dotó de más uniformidad. Puede que recurriera a sus conocimientos de griego para la traducción, pero los expertos aún discuten si consultó textos griegos antiguos o no.

Escollos

Dalmatin afrontaba una imponente misión, pues el esloveno poseía un alfabeto con solo décadas de existencia, un vocabulario muy reducido y ninguna obra de consulta, por lo que tuvo que demostrar mucho ingenio para lograr una traducción comprensible.

La Contrarreforma también agravaba las dificultades. Puesto que el tipógrafo con que contaba Eslovenia fue exiliado, tuvo que editarse la Biblia en el extranjero. Todo lo anterior explica que hubiese que introducirla camuflada en el país. Pese a los obstáculos, Dalmatin alcanzó su meta en solo un decenio, cuando al parecer no había cumplido 35 años.

Bajo la supervisión de Dalmatin se realizó en siete meses una primera edición de 1.500 ejemplares. Muchos consideran que es una obra maestra tanto de la literatura como del arte, pues está ilustrada con 222 hermosas xilografías. Aún se conservan muchos ejemplares, y su texto ha servido de base para varias versiones modernas en esloveno. Gracias a la contribución de estos dos hombres, los eslovenos pueden leer hoy la Palabra de Dios en su lengua materna.

[Ilustración y recuadro de la página 15]

EL NOMBRE DIVINO

Dalmatin incluyó la siguiente aclaración en el prefacio de su Biblia: “Cuando aparezca la palabra SEÑOR en mayúsculas, se refiere al SEÑOR Dios, el único cuyo nombre es יהוה, Jehová, en la lengua judía. Este nombre pertenece solo al SEÑOR Dios y a nadie más”.

[Ilustraciones de las páginas 14 y 15]

Primož Trubar

Portada de la Biblia eslovena

[Reconocimiento]

Todas las imágenes salvo el Tetragrámaton: Narodna in univerzitetna knjižnica—Slovenija—Ljubljana