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Muchos conocimientos pero pocos cambios

Muchos conocimientos pero pocos cambios

Muchos conocimientos pero pocos cambios

“A pesar de los recientes triunfos de la ciencia, el hombre no ha cambiado mucho en los últimos dos mil años; [...] por consiguiente, todavía tenemos que intentar aprender de la historia.”—Kenneth Clark (Civilización. Una visión personal).

NO CABE duda de que la ciencia ha realizado progresos extraordinarios en los pasados siglos. La revista Time dice que gracias a estos, “millones de personas disfrutamos hoy del nivel de vida más alto de la historia”. Algunos de los mayores adelantos se han producido en el campo de la medicina. Según la historiadora Zoé Oldenbourg, en la Edad Media, “la medicina era rudimentaria y brutal. [...] El médico lo mismo podía curar que matar”.

No siempre ha habido disposición para aprender

El hombre no siempre ha estado dispuesto a aprender. A finales del siglo XIX, por ejemplo, muchos médicos hacían caso omiso de las pruebas claras de que ellos mismos estaban transmitiendo enfermedades a los pacientes de algún modo, por lo que seguían con sus prácticas peligrosas y se negaban a lavarse las manos antes de atender al siguiente enfermo.

No obstante, la ciencia y la técnica continuaron avanzando, así que cabría esperar que la humanidad hubiese aprendido de sus experiencias pasadas la manera de convertir el mundo en un lugar más seguro y feliz. Pero, lamentablemente, no ha sido así.

Pongamos por caso la Europa del siglo XVII, que empezaba a entrar en la época de la Ilustración, caracterizada por el predominio de la razón. “Con todas sus [manifestaciones] de genio en las artes y las ciencias —escribe Kenneth Clark—, hubo todavía persecuciones sin sentido y guerras brutales de una crueldad sin precedentes.”

En nuestros tiempos, todavía hay reticencia a aprender de los errores del pasado para no recaer en ellos. Como consecuencia, nuestra misma existencia en el planeta parece estar amenazada. El escritor Joseph Needham llegó a la conclusión de que la situación se ha vuelto tan peligrosa que ‘lo único que podemos hacer es orar a Dios y esperar que ningún loco desate sobre la humanidad fuerzas que extingan toda forma de vida sobre la Tierra’.

Teniendo en cuenta el ingenio que ha demostrado el hombre y todos los conocimientos que ha adquirido, ¿por qué seguimos atascados en un mundo de violencia y brutalidad? ¿Cambiará algún día la situación? Los siguientes dos artículos contestarán estas preguntas.

[Reconocimientos de la página 3]

PORTADA: cañones de la I Guerra Mundial: foto de U.S. National Archives; víctimas del Holocausto de la II Guerra Mundial: Robert A. Schmuhl, por gentileza de USHMM Photo Archives

Págs. 2, 3: bombardero B-17: foto de USAF; mujer: Instituto Municipal de Historia (Barcelona); refugiados: UN PHOTO 186797/J. Isaac; explosión de 23 kilotones: fotografía de U.S. Department of Energy