Se da a conocer el nombre de Dios en suajili
Para muchos, el nombre de este idioma evoca imágenes de África y de animales salvajes deambulando por las llanuras del Serengueti. Lo cierto es que hay mucho por descubrir sobre esta lengua y sus hablantes.
EL SUAJILI lo hablan unos 100 millones de personas en al menos doce países de África central y oriental. * Se trata del idioma oficial de varias naciones, como Kenia, Tanzania y Uganda. También es la lengua franca de las tierras vecinas, lo cual facilita el comercio y la comunicación entre distintos pueblos.
El suajili ha contribuido en gran manera a unificar la población de África oriental. Y es que tan solo en Tanzania se hablan al menos 114 lenguas tribales. Para que se haga una idea de lo que esto implica, imagínese que a una distancia de entre 40 y 80 kilómetros (25 y 50 millas) de su casa, la gente habla un idioma completamente diferente al suyo. Para colmo, en algunos casos, quienes comparten un idioma se agrupan en apenas unas cuantas aldeas. ¿Cómo se comunicaría con estas personas? He aquí la ventaja de tener una lengua en común.
Los orígenes del suajili
Al parecer, este idioma ya se hablaba para el siglo X, pero no se puso por escrito sino hasta el siglo XVI. Quienes lo aprenden no tardan en darse cuenta del sabor árabe que transmite. De hecho, aunque la mayor parte de su vocabulario es de origen africano, al menos un 20% proviene del árabe. No sorprende que durante varios siglos se usara el alfabeto árabe en su escritura.
Curiosamente, el suajili emplea hoy día el alfabeto latino. ¿A qué se debió ese cambio? ¿Qué ocurrió? Para conocer la respuesta, nos remontaremos a mediados del siglo XIX, cuando llegaron a África oriental los primeros misioneros europeos que deseaban llevar el mensaje de la Biblia a la gente del lugar.
La Biblia llega a África oriental
En 1499, durante la épica expedición marítima de Vasco da Gama por el extremo sur del continente africano, los misioneros portugueses fundaron una misión en Zanzíbar y así introdujeron el catolicismo en África oriental. Sin embargo, al cabo de doscientos años, la oposición de los lugareños obligó a los portugueses y su religión a abandonar la zona.
Pasarían otros ciento cincuenta años hasta que la Palabra de Dios volviera a abrirse paso en esta parte del continente. En esta ocasión, la llevó un misionero alemán, Johann Ludwig Krapf. En 1844, cuando arribó a Mombasa (Kenia), el islam era la religión que imperaba en la costa oriental africana, aunque muchas de las tribus del interior seguían aferradas a sus creencias animistas tradicionales. Krapf creía que era importante que todos tuvieran acceso a la Biblia.
Así que no perdió el tiempo. Se puso manos a la obra y estudió suajili. En junio de 1844, al poco de llegar, emprendió la difícil tarea de traducir la Biblia a este idioma. Por desgracia, al mes siguiente sufrió un duro golpe: murió su esposa —con la que llevaba casado dos años—, y unos días después, su hijita. Pese a tan dolorosa pérdida, prosiguió su labor de traducción. En 1847 se publicaron los primeros tres capítulos del libro de Génesis, que se convirtieron en el primer documento impreso en suajili.
Krapf fue el primero en usar el alfabeto latino para el suajili. ¿Por qué lo hizo? Entre otras cosas, porque razonaba que “el alfabeto árabe solo supondría un obstáculo para los europeos” que más adelante tuvieran que aprender el idioma. Además, pensaba que el alfabeto latino les facilitaría “a los indígenas el aprendizaje de las lenguas europeas”. Aun así, algunos siguieron usando el alfabeto árabe por muchos años; hasta se publicaron ciertas porciones de la Biblia en este sistema de escritura. Lo cierto es que el alfabeto latino
ha sido de gran ayuda para muchos estudiantes de suajili, quienes, al igual que numerosos misioneros, agradecen el cambio.Además de emprender el innovador proyecto de traducir la Palabra de Dios al suajili, Krapf allanó el camino para futuros traductores, pues creó la primera gramática suajili y un diccionario en ese idioma.
El nombre de Dios en suajili
En un principio, cuando se publicaron los tres primeros capítulos de Génesis, el nombre divino se había traducido meramente como “Dios Todopoderoso”. Hacia finales del siglo XIX fueron llegando a África oriental distintos hombres que continuaron la labor de traducir la Biblia completa al suajili. Entre estos se cuentan Johann Rebmann, William Taylor, Harry Binns, Edward Steere, Francis Hodgson y Arthur Madan.
Es interesante que en algunas de estas primeras traducciones, el nombre divino no solo aparecía en lugares aislados, sino por todas las Escrituras Hebreas. Los traductores con base en Zanzíbar lo vertieron como Yahuwa, mientras que los de Mombasa lo tradujeron como Jehova.
En 1895 vio la luz la primera Biblia completa en suajili. Durante las siguientes décadas aparecieron otras traducciones, pero algunas no tuvieron una distribución muy amplia. A principios del siglo XX se hicieron grandes esfuerzos por estandarizar el idioma en África oriental. Esto llevó a que en 1952 se produjera la Biblia más distribuida actualmente en esta lengua: la Swahili Union Version. Como resultado, Yehova se convirtió en la forma más aceptada del nombre de Dios.
Lamentablemente, como aquellas primeras traducciones dejaron de imprimirse, el nombre divino fue cayendo en el olvido. En algunas Biblias modernas brilla por su ausencia, mientras que en otras se menciona solo en algunos versículos. En la Union Version de 1952, por ejemplo, apareció apenas quince veces, y en su revisión de 2006, esta cifra se redujo a once. *
Aunque esta traducción omite el nombre divino casi por completo, cabe destacar que en una de sus páginas introductorias indica con claridad que el nombre de Dios es Jehová. Esto ha contribuido a que las personas que buscan la verdad aprendan el nombre de nuestro Padre celestial en su propia Biblia.
Ahora bien, aquí no acaba todo. En 1996 se publicó la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas en suajili. Se trata de la primera traducción que restituye el nombre de Dios a los 237 lugares donde aparecía originalmente de Mateo a Revelación (Apocalipsis). Este minucioso trabajo se vio
culminado con la publicación en 2003 de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, la Biblia completa, en suajili. En total y hasta la fecha se han impreso unos 900.000 ejemplares.Al fin, el nombre de Dios ya no está sepultado por títulos o relegado a una simple nota aclaratoria de un prólogo. Cada vez que las personas de buen corazón que hablan suajili leen el nombre de Dios —que aparece más de siete mil veces en la Traducción del Nuevo Mundo—, se sienten más cerca de él.
Además, esta traducción emplea un suajili moderno y de fácil comprensión para todos sus hablantes de África oriental. También ha eliminado algunas ideas erróneas que se habían introducido sutilmente en muchas otras traducciones. De este modo, los lectores pueden confiar en que tienen ante sus ojos “palabras correctas de verdad”, tal y como fueron inspiradas por nuestro Creador, Jehová Dios (Eclesiastés 12:10).
Son muchos los que han expresado su agradecimiento por la Traducción del Nuevo Mundo en suajili. Vicent, un evangelizador de tiempo completo de 21 años de edad, dijo: “Me puse contentísimo al ver que utiliza un suajili tan sencillo y que ha vuelto a poner el nombre de Dios donde otras traducciones lo habían quitado”. A Frieda, madre de tres hijos, se le ha hecho mucho más fácil explicar las verdades bíblicas con esta traducción.
Desde sus modestos comienzos, la labor de traducción de la Biblia al suajili se ha prolongado por más de ciento cincuenta años. Jesús declaró que había dado a conocer el nombre de su Padre (Juan 17:6). En la actualidad, gracias a la Traducción del Nuevo Mundo en suajili, los más de 76.000 testigos de Jehová de África central y oriental que hablan ese idioma también dan a conocer con entusiasmo el nombre de Dios.
^ párr. 3 Este idioma tiene variantes en estos países.
^ párr. 18 Aparece en Génesis 22:14; Éxodo 6:2-8 (dos veces); 17:15 (como Yahweh); Jueces 6:24; Salmo 68:20; 83:18; Isaías 12:2; 26:4; 49:14, y Jeremías 16:21.