El templo que construyó Salomón estaba sobre una colina. Tenía muros de contención al este y al oeste del monte para nivelar el terreno y contar con patios alrededor del edificio sagrado. Herodes quiso que su templo fuera más grandioso que aquel, así que decidió remodelar y ampliar el que había.

Sus ingenieros agrandaron la explanada hacia el norte para que allí también hubiera patios. En el lado sur, extendieron la explanada 32 metros (105 pies). Para conseguirlo, tuvieron que construir una serie de bóvedas de piedra y gruesos muros de contención. En algunos puntos, estos muros tenían hasta 50 metros (165 pies) de altura.

Además, Herodes quiso que el proyecto se hiciera sin ofender a los judíos ni interrumpir las actividades o los sacrificios del templo. Según el historiador judío Josefo, Herodes llegó a capacitar a sacerdotes como albañiles y carpinteros para que solo personas autorizadas trabajaran en las áreas sagradas.

Herodes murió antes de que se terminara la reconstrucción. Para el año 30, las obras llevaban cuarenta y seis años en curso (Juan 2:20). Finalmente, el proyecto lo acabó su bisnieto, Herodes Agripa II, a mediados del primer siglo.

Algunos habitantes de la isla habrán estado influenciados por las ideas religiosas griegas. El libro de Hechos relata que Pablo naufragó cerca de la costa de Malta. Cuando puso un manojo de leña en la fogata que habían hecho para que él y los demás náufragos se calentaran, una víbora le mordió la mano y no se la soltaba. Los isleños dijeron: “Sin ninguna duda, este hombre es un homicida, pues aunque se ha salvado del mar, la Justicia no lo ha dejado vivir” (Hechos 28:4, Biblia Textual).

La palabra griega para “justicia” que se usa aquí es dike. Esta palabra puede referirse a la justicia en sí, pero además, Dike, o Dicea, es el nombre de la diosa de la justicia en la mitología griega. Se creía que ella vigilaba lo que hacían los humanos y que avisaba a Zeus de las injusticias que no le habían informado para que castigara a los culpables. Según un diccionario bíblico, los residentes de Malta tal vez pensaron que aunque Pablo había sobrevivido al naufragio, la diosa de la justicia lo había descubierto y condenado por medio de la víbora. La gente de Malta cambió de opinión al ver que el apóstol salió ileso de la picadura.